Liderazgo en tiempos de Coronavirus – LA VACUNA SOMOS NOSOTROS

Vivimos tiempos difíciles, tiempos de incertidumbre.

La crisis del Coronavirus – Covid 19 está dando un golpe duro a nuestra manera de vivir. La salud está en riesgo, la economía está en contracción, nuestras libertades están siendo restringidas.

Las Administraciones Públicas hacen lo que pueden pero sin certezas sobre el devenir de los acontecimientos. Cierran fronteras, ordenan medidas y distribuyen recursos, mientras ganan tiempo. Parece haber empezado una desglobalización de facto, no pueden medirse aún las consecuencias.

El enemigo es invisible, nuestra vulnerabilidad como seres humanos se pone de manifiesto. En la época de la inteligencia artificial, la computación cuántica y otras tecnologías disruptivas nos creíamos casi dioses. En la época de las tecnologías exponenciales, lo que ha resultado más exponencial es la velocidad de contagio.

Nos encontramos ante un cisne negro, algo que parecía imposible pero que sucedió. Hace poco tiempo, leyendo a Bauman (La Modernidad Líquida) ví una frase que me impresionó: “Nada es seguro nunca. Todo lo que era sólido se está nuevamente disolviendo. El mundo que imaginábamos firme y bien armado y hasta aburrido ha resultado tan fácil de desmoronar como un castillo de arena”. Me había impactado entonces, pero recién la dimensiono ahora. Todo está cambiando a una velocidad inusual. Los chicos no van a la escuela, el home-office es casi una imposición, estamos cambiando nuestras costumbres y saludándonos a la distancia.

La incertidumbre es grande y modifica nuestra existencia, despierta fantasmas (el miedo a la soledad, la preocupación por la salud, la lucha por la supervivencia) y reflota algunas bajezas de la raza humana (el egoísmo, la discriminación, la violencia).

Un viejo poema español dice “qué difícil es / cuando todo baja / no bajar también”. Sin embargo, creo que lo contrario es igualmente cierto: la excelencia, la esperanza y la confianza pueden ser contagiadas, tanto o más que la mediocridad, la inseguridad y el temor. Eso hacen los verdaderos Líderes, justamente es lo que los identifica, especialmente durante las Crisis.

En este contexto quiero hacer un llamado a cada CEO, cada Director, Gerente, Jefe, Funcionario, Maestro, Entrenador, cada persona que lidere personas, a tomar conciencia de su rol y de su impacto, a actuar con calma, con sensatez y con prudencia, a estar a la medida de la circunstancia. Es que LA VACUNA SOMOS NOSOTROS: Nosotros podemos prevenir el contagio si cumplimos las recomendaciones sanitarias. Nosotros podemos transmitir serenidad y contribuir a que los espíritus se mantengan en alto para atravesar la crisis sin desbordes. Nosotros podemos mover, entusiasmar y guiar a nuestra a gente hacia la recuperación de la economía luego de la pandemia.

Vivimos en este mundo, no en otro. Lo que tenemos es mucho más frágil de lo que creíamos, es verdad. Pero también lo es, que tenemos que preservarlo. Frente a un contexto como el que atravesamos (la OIT está anticipando la pérdida de 25 millones de puestos de trabajo por esta causa), debemos ser ejemplo vivo de Liderazgo en Acción, capaces de provocar el despliegue de las mejores capacidades en el mayor número de personas. No hay espacio para la auto-condescendencia, la pasividad ni el conformismo.

ESTO TAMBIEN PASARÁ y depende de nosotros qué encontraremos entonces.