El estrés de fin de año
Llega fin de año y la Mochila ya nos pesa mas de lo que podemos cargar.
El estrés es bueno en su justa medida…como todo en la vida.
Es bien sabido que el estrés es una reacción positiva del organismo que nos prepara para protegernos de los estímulos externos. Nos pone alertas y atentos a lo que pudiera suceder y nos preserva de los efectos negativos de esos estímulos. Pero que sucede cuando hay exceso de estímulos? Llega fin de año y con esto llegan muchas situaciones indeseadas que alimentan la carga y convierten al estrés normal en una carga imposible de llevar, produciéndose el Distrés o Estrés negativo.
Decenas de mails, la necesidad de hacer en un mes todo lo que no hicimos en los once anteriores, las cuentas, la economía, la presión por alcanzar el logro comprometido, el muy conocido cierre del año, como si el mundo finalizara en diciembre, entre tantas otras cosas, generan situaciones y condiciones muy negativas para las organizaciones y para los individuos
A sabiendas de esto, las Empresas y los mismos individuos, deben reforzar la atención para sostener y recrear ámbitos de salud que los protejan del distrés que el exceso de estímulos pudiera generar.
Como reconocemos que estamos transitando este estrés en las Empresas, y como lo pueden expresar los individuos?
Saber leer lo que está sucediendo es la clave.
En principio, se requiere de Líderes que entiendan el concepto y sepan dosificar y administrar los estímulos y la presión a sus equipos. Plantear metas estresantes o sobre exigir al equipo puede tener, a esta altura del año, consecuencias muy negativas para la consecución del logro buscado. La pérdida de foco, la imposibilidad por lograr los objetivos, la generación espontánea de conflictos entre los colaboradores, la aparición de situaciones de riesgos en la salud y la seguridad laboral, accidentes nunca antes vistos, entre otros efectos, son clara evidencia del estrés organizacional.
Por otro lado, en los individuos, este estrés negativo, se presenta con manifestaciones típicas y muy claras. La pérdida de concentración, la reducción de la atención, disminución de la memoria, una mayor irritabilidad y generación de relaciones difíciles o conflictos superfluos, la dificultad para conciliar el sueño o el descanso, una propiocepción negativa (te ves feo, viejo, gordo, etc), una imposibilidad para llorar o dejar de llorar, entre otros, son evidencias que nos podrían indicar que estamos frente a niveles de estrés negativo, por lo cual deberíamos actuar en consecuencia.
Cómo hacen las organizaciones y los individuos para escaparse de este síndrome?
Un Cerebro atento es un Cerebro feliz
Estar atento es una primera prioridad. Vivir el hoy dejando de lado el pasado que ya fue, o el futuro aún incierto, es clave para empezar a tomar control sobre el tema.
Ordenar las actividades para reducir la presión, saber priorizarlas, dosificar los cambios, contener la presión por los objetivos, ayudar a administrar el tiempo y promover ámbitos y actividades relacionadas con el bienestar y la salud organizacional, ayudan enormemente a superar el momento
Por otro lado, los individuos deben también estar atentos y adoptar algunos buenos hábitos para superar el momento. Es importante volver al triángulo de la Salud: Una correcta rutina del descanso, sumado a una alimentación equilibrada y una actividad física adecuada son la base para administrar los niveles de estrés. Adicionalmente, poder reducir o eliminar el rumeo en nuestra cabeza, buscar la felicidad en cada pequeña vivencia o situación, aprender a decir NO o a evitar situaciones críticas, preveer o prepararse para abordar situaciones emocionalmente complejas, entre otras situaciones, también aportan tranquilidad y ayudan a resolver las situaciones de distrés.
En las Organizaciones, los Líderes deben estar atentos a estas manifestaciones y preparados para responder ágilmente. Manejar las iniciativas y articularlas con las necesidades de sus colaboradores tornarán a las empresas en Saludables, y son en ellas en las cuales lo más talentosos quieren aportar su energía y capacidad.